El gallo del coronel



-Mierda-, escuchó. Y siglos de picotazos se hicieron  nudo en el buche. 

Ruta 36 Off Line





Cambio brusco de foco
antes que venga
la lava.
A un costado de la ruta
los perrocadáver
Los sucuchos rojizos
Del Gauchito Gil
Los esclavos culo parriba
Arrancando rabanitos.
Primer
plano
para
Lamparitas de colores
Sin Alt Gr
Sin los ohhhhhhhhhhh
Ahhhhhhhhhhhhhhhh
Mmmmmmmmmmm
Made in gatitas chot
Sin los Insert
fragancia Dior
ni las uñas carmesí
rascando el fondo de la olla
No hay sonrisas de webcam
pero...
Al menos sé
cuantos dientes tienen.


El Vendaje craneal de tus poemas






“Venez au bord de la falaise,” dit-il.
“Nous avons peur,” dirent-ils.
“Venez au bord de la falaise,” dit-il.
“Nous avons peur,” dirent-ils.
“Venez au bord de la falaise,” dit-il.
“Nous avons peur,” dirent-ils.
Ils sont venus.
Il les a poussé.
Ils ont volé.
                                                                                        Guillaume Appollinaire



Así te vio Picasso 






"Ah Guillermo qué coraje tenías en la cabeza qué es la muerte
Caminé por todo el cementerio y no pude hallar tu tumba
Qué quisiste decir con ese fantástico vendaje craneal en tus poemas
Oh solemne y podrida cabeza de muerte qué has tenido que decir nada y eso es apenas una respuesta
No puedes conducir autos en una tumba de metro y medio a pesar que el universo es un mausoleo  lo suficientemente grande para cualquier cosa
El universo es un cementerio y yo paseo solo aquí sabiendo que Apollinaire estaba en esta misma calle hace 50 años.
Su locura está sólo a la vuelta de la esquina y Génet está con nosotros robando libros. Occidente está en guerra nuevamente cuyo lúcido suicidio pondrá las cosas en su lugar.
Guillaume Guillaume cómo envidio tu fama tus éxitos para las letras americanas. Tu Zona con su larga y loca línea de absurdos sobre la muerte sal de la tumba y conversa a través de la puerta de mi mente lanza nuevas series de imágenes oceánicas haikus taxis azules en Moscú negras estatuas de Buda reza por mí en el disco fonográfico de tu existencia anterior con una larga voz triste y con estrofas de profunda música dulce y rasguñada como la Primera Guerra Mundial he comido las zanahorias azules que me enviaste desde tu tumba y la oreja de Van Gogh  y el peyote maniático de Artaud y caminaré por las calles de Nueva York con la capa negra de la poesía francesa improvisando nuestra conversación en París en Pére Lachaise y el futuro poema que se inspira en la luz que sangre de tu tumba (...)"

Allen Ginsberg, En la tumba de Apollinaire.

L`esmorzar nu (o condenarte al underground…) Diario de relación, página ∞.




A JOAN:



Después de la muerte nada o de dios misericordia infinita.

Omar Khayyam

El escritor enciende las luces de la tienda. Desayuno desnudo ante las letras ajenas. “un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores" (10) revisa los diarios de España, los cuchitriles de América, su propia noche subterránea. Recita con voz de entrañas “Jo tem la nit, pero la nit m´emporta/Ert, pels verals, vora la mar sutjosa.”(11) dibuja dos monigotes y dos cuasiparalelas simulando rieles. (.) y (;) están listos.





Metal Edition de Marlboro en el renovado anuncio de la cartelera de fierro. Ambos parados en el hall central de la Estación Constitución.

“Perdimos el tren” le cuenta (.) a la geisha renga que los espera en Kyoto, a través de un mensaje de texto que jamás llegará (no lo saben, pero el satélite tiene su base en Puerto Príncipe. Entre 500.000 fantasmas es imposible encontrar los restos del cacharro). (;) busca un lugar donde apoyar la maleta (preparada por el escritor que repasa el contenido)

Almas quebradas: dos.

Pasillos de hospital: cuatro.

Palabras: miles.

Café sin azúcar: 365 +

Café con azúcar: 365 +

Bebidas blancas: no sabe/no contesta

Coca Cola Zero: 730 +

Flores usadas: varias docenas de memoria.

Puntas de tenedores: restos de fuegos de artificio.







-(.): El próximo tren sale en un año.

-(;): esperaremos.

-(.): ¿Trajiste tu colección de moscas?

-(;): Están todas listas salvo la que sueña ser águila (14) Esa se niega a participar del cuadro.



El escritor se distrae complicándole el día a un escarabajo que camina sobre el mostrador. Con la punta de la lapicera lo empuja hasta dejarlo patas arriba. *Los escarabajos simulan la muerte a la perfección (aclara el traductor).

(.) y (;) simulan, a la perfección, la vida.



Caminemos un poco, sugiere (.). Desde que llegaron y vieron como el expreso se mecía, alejándose - como se aleja, meciéndose, según los ojos de (;)- no habían quitado los pies del andén. Sortearon, maleta en mano- moscas en frasco- Un montón de basura, la porquería de las calles, ollas viejas, botellas viejas, una lata rota, hierro oxidado, huesos, trapos (17)



-(.): Me gustaría encontrar un lugar de esos donde venden carricoches de miga de pan como dice Sabina.

-(;): ¿?

-(.): …



Está oscureciendo. Orión ha perdido su cinto apagando un poco más el cielo. Los habitantes de la plaza cavan las trincheras mimetizándose con el pasto, los árboles, los adoquines. “Las piedras están empezando a asustarme” (15) dice (.) sentado en un banco acaricia la maleta. Pasar la primer noche es lo peor, lo abraza (;). Lloraremos juntos.

-(.): ¿Crees que Ella nos esperará tanto tiempo?

-(;): Por qué no iba a esperarnos si es como nosotros, bella, triste, viajera.



Cuando el sol estuvo bien bruñido por ripolín de rocío y gamuzas de nube (20) el escritor decidió resucitar al escarabajo- basto devolverle su postura natural- y despertar a sus criaturas de la pesadilla con un café sin azúcar, sin leche, sin calentar “Mi vida es un poco eso, todo directo de la botella a lo bruto, sin colar” (16) Pensó.



Continuará…



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(10) Kerouac según Burroughs.-

(11) J.V. Foix

(14) Monterroso

(15) Kawabata

(16) Joan

(17) Yeats

(20) Alejo Carpentier





Fin del manuscrito sin contar renglones…



P.D: Tu Cumple, mi querido amigo. Besos. Todos.

Como la Cigarra (Hasta la vista, María Elena!)






“Estamos invitados a tomar el té. 
La tetera es de porcelana 
pero no se ve, 
yo no sé por qué.”


Eran épocas blancas, de sonrisa a flor de piel, de mirada a los ojos, de llanto  acongojado para limpiar lastimaduras.
En el rinconcito de los juguetes no existían las dictaduras – uniformadas o no- ni tantas otras ideas que comenzamos a incomprender: “mundo de mierda”  “miseria” “cáncer”
Ni tan siquiera dios (esa otra dictadura dirá Cioran)… Como mucho el terror nocturno del despertarse y no tener a mamá o papá- o al perro que te ladre- junto a nosotros.  
 En las salitas de todos los jardines de infantes de mi país se juntan los nenes alrededor de las mesitas enanas y cantan:

“La leche tiene frío 
y la abrigaré, 
le pondré un sobretodo mío 
largo hasta los pies, 
yo no sé por qué.

Canción de tomar el Té.


Maria Elena Walsh se fue a cantarles a otros niños con sus 80 años a cuestas.
Bien por ella que, seguramente, dijo todo lo que tenía para decir.

¿Y cómo te gustaría que te recordaran?
–Como alguien que quería dar alegría a los demás, aunque no le saliera siempre.
Entrevista de Patricio Lennard para Revista Radar Página 12, 2008.-






COMO LA CIGARRA


Tantas veces me mataron
tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal
y seguí cantando.

Tantas veces me borraron
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y volví cantando.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás
tantas noches pasarás

desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

(de Las canciones)


P.D: El retrato pertenece a colectivo artístico Mondongo...


Decorados







Todos los decorados montados
telgopor  y alfileres
y colores  pastel
mi mundo aún respira.

Afuera crecen
los tilos
los sapos
los “Como si nada pasara”
y está bien. Es justo
las tragicomedias
son a medida.

Montaje
en  este sueño
(arrugado
recurrente)
de lágrimas oblicuas
sobre bolsos
mesas
libros
apretarse  los párpados
hasta el blanco globular

ilusión de un descanso
para el presente
un viaje astral (al menos)
hasta  esa roca
en ese acantilado

Las palabras se diluyen en signos
     ¥                √
∞          ~            ¢                     §
Ÿ                        ¾
β
al ritmo de un electro
(cardiógrafo)

Despertarse con un mañana
De patas cortas
Y más telgopor.
Se aprende
Sí.
Día a día
los deseos se alivianan
para no entorpecer  el conteo
y la mochila
ya no distingue estaciones

Alfileres
también
en el último cartel
colgado junto a la entrada:
cuidado con vos misma.

Ultimas horas del 2010.


®Julieta Villarroel.

Lo que queda




Somos historia
Cuando intoxicamos
ese cuerpo ajeno.

 Estamos completos
Sólo al desmembrarlo

Luna de diciembre escapando de la chimenea vecina. 

¿Y yo?

Último gesto



Al borde del acantilado:
-Por favor, madame…

Y, siempre tan cortés, me cedió el paso.

La mariposa de Heráclito





ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε.        

En el mismo  río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos. Heráclito



Diciembre.

Todo está igual. Y no.

La ciudad huele a tilos, como cada primavera.

A la venta, en cada esquina, ramitos de jazmines.

Cae el sol a un costado de la ruta.

La luna es  nueva.

El mendigo sobrevivió a la última helada (¡tantas últimas!)

Replay-replay-replay  de melodía en celular gastado.

Entre adoquines, una mariposa.

Todo está igual. Y no.  



“Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma

River o el legítimo nombre de mi Mediterráneo.



Entonces fue cuando empezó a llorarme la memoria sin ninguna explicación” Gabriel Báñez(1951-2009)


Nuevamente me llora la memoria. Esta vez desde la vida compartida a través de miles y miles de palabras.

Un Mediterráneo hecho palabra con las luces de la costa y sus delfines. Faros, cielos,  flores: apalabrados, también.

Y un alma limpia,  como aquella que cualquiera de nosotros desearía entregarle a su más preciado afecto. Un alma que se creía  letra minúscula...  

Cuentan los que, supuestamente, saben que Aribert (River) Costa, un catalán maravilloso, músico, navegante, tímido poeta, coleccionista de migas de pan para alimentar gorriones,   guardián entre el centeno y tantos etcéteras…
Cuentan, digo, que el  niño rubio que solía jugar en las playas de  S´Agaro  ya no camina por los muelles de Barcelona ni toca su guitarra ni escribe. Eso dicen.

Será  la verdad más mundana.

Acá, en la Cruz del Sur, lejos de toda oscuridad,  sigue siendo Mi  Fuente.


Deshacer  el frío de esta luna.

Hasta la ignorancia

Desandar  caminos


Desmontar telones

Y corceles

Desatar los nudos

Que me unen

Al reflejo

de lo que alguna vez

ha sido.


No sé si puedo.

No quiero.









Sigo buscando los lugares verdaderos. Allí te encuentro.

Carencias


P.D:  "Metete el timbre en el orto" Ulises dixit

Árboles que nadie visita




 



Siguiendo el camino hacia el sur

Lejos de rutas humanas

Crecen árboles que nadie visita.



Musgo a sus pies.

Imposible ocultar cicatrices

allí donde alguna vez

posó su boca

un rayo.



Altos

Secos

aún sueñan con ser nido de alondras

cueva de abejas o

refugio de mariposas.





Ignoran de Cunas

Guitarras

Barcos

papeles pintados

delirios de hombre

Aquí no.

No en este círculo

no en esta memoria

donde sólo caben

una lluvia ocre de tiempos enlazados

y su espalda

desnuda

con sabor

a corteza.

Fenix y los mineros




Sé que ya fueron escritas miles de palabras y que las imágenes recorrieron el mundo. Sé que muchísimas personas en idiomas ilegibles se preguntaron qué significaba “Atacama” o cómo se usaban las medias de cobre.


Sé que mañana surgirán otras preguntas (¿Acaso el gobierno chileno desconocía las labores de la mina San José?) Yo misma pensaré estas veinticuatro horas de cable acerado, roldana y libertad.  Estos setenta días de cautiverio bajo toneladas de sombras.


Ahora, me quedo con la impresión del hombre defendiendo la vida y la esperanza… Conceptos de siglos pasados que habían perdido todo el prestigio. Me quedo con el hombre que piensa en su compañero


( No! No, Federico, no creo en tu famosa moral de esclavos!)


Imposible un cuento de hadas cuando la tierra se quiebra a 700 metros de profundidad…


Y sin embargo…




13/14 de octubre de 2010. Esta noche, amaneció vida.

Tu estrella: entre el barro y la sonrisa







De enciclopedia, una voz helada diciendo:

Che Guevara (Spanish pronunciation: [ˈtʃe geˈβaɾa])
June 14,1928 – October 9, 1967, commonly known as El Che or simply Che, was an Argentine Marxist revolutionary, physician, author, intellectual, guerrilla leader, diplomat, military theorist, and major figure of the Cuban Revolution. Since his death, his stylized visage has become a ubiquitous countercultural symbol and global insignia within popular culture.

Y la voz de los poetas:

“Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.” J.Cortazar


"Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles

da vergüenza mirarlos cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales
de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nunca estuvo
con la cinta tan pálida
vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa
como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y
escuchar en silencio
sobre todo si es
un cuarteto de Mozart
da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante
estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido
eres nuestra conciencia acribillada
dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu toscon tu barro
dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo
basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos
así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará más limpia
estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella
donde estés
si es que estás
si estás llegando
aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones
donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios
pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte Comandante. "Mario Benedetti


Tu voz …

“Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de
Papá





P.D: Y, finalmente, la voz de los corazones que te recuerdan.


Golondrinas en el tren





“Eran bandadas y surcaban el país sin norte ni apuro pero con una sola lealtad, las vías. Allí donde había trenes, había crotos. Trepaban a los vagones de carga y partían detrás de cosechas y changas golondrinas hasta los empalmes en los confines del país. Viajaban con el bagayo a la espalda y tres o cuatro porquerías: la muda, una bolsa maicera para dormir al descampado, la latita para cocinar y el fierrito bandolión para escarbar el fuego y defenderse. Se contaban historias fabulosas del crotaje: que entre ellos había filósofos, personajes de la alta sociedad, desahuciados del amor y hasta políticos brillantes que habían enloquecido y encontrado la honestidad. Pero eran leyendas”
Virgen, Gabriel Báñez.



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-¿No te vas a acercar, eh?

Las recomendaciones de chocolatada que, tarde a tarde, recibía al salir de mi casa.
Debía quedarme lejos de las vías, lejos de los cargueros, lejos del linyera.

Pero no podía obedecer. Todo estaba allí y era tan inevitable como cortar flores para la maestra.

Telón de fondo en la vida de un niño.
Los trenes de carga.
Por la madrugada uno con vacas enjauladas y olor a muerte futura.
Por la tarde, carbón.
Y los sábados piedras con mica o perfectos cantos rodados.
La vida al borde del tren. Ser un durmiente más soportando, como si lluvia fuera, las vibraciones de su paso.

¡Cómo no acercarse a lo que forma parte del sueño!

-¡Dale, vamos a subir! Vagones gris plomo. Candados.
Animarse a trepar por esa escalera…
¿Y si el tren arranca?
¿Y si se despierta el linyera?
¿Y si viene el guarda?
¿Y si pudiésemos vender las piedras y hacernos ricos?

¡Cómo no acercarse a lo que forma parte del sueño!

Ese croto. El mismísimo viejo de la bolsa que golpeaba por las noches cuando yo no me dormía. Un borracho.
Lo veíamos venir atravesando las vías. Cruzábamos los dedos para que no pasara el tren en ese preciso instante. De lejos era una silueta completa de hombre alto, flaco, con pelo gris. Dos o tres sacos. No más. Al acercarse, su imagen se iba fraccionando. Ya no tenía cabeza ni hombros; frente a mis ojos las manos… color tabaco, los dedos gruesos como raíces de ombú, ríos secos, los nudillos. Uñas de cadáver lento. Una vieja bolsa de jean encontrada seguramente en algún basural. La botella de vino sin tapita.
Mudos en el cordón de la calle contemplábamos como, tras comprar una botella nueva se apoyaba en la pared y tomaba del pico. Uno, dos, cuatro tragos. Cerrar la botella y emprender el regreso a la cueva. Ahora era su espalda la que buscaba equilibrio. Cruzar los dedos, nuevamente.

Caricatura del pasado, él, con su propio mito de matemático y violinista atormentado que un día cualquiera decidió partir. Pero los trenes se fueron muriendo y las vías, hoy, terminan en un Shopping. Final del viaje. Resta el último trago y cubrirse con papeles de diario.

Desobediencia infantil, la mía, enseñándome a reconocer los huecos que el alma rota deja entre las cañas, entre los trapos olvidados. Siempre entre las botellas vacías.
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Trabajadores golondrinas de principio de siglo. Una ley que amparaba su viaje a bordo de los ferrocarriles. José C. Crotto. El gobernador. Miles de crottos. Miles de trabajadores en potencia. Sin trenes hacia el futuro, en el 2010, son el coqueto nombre de los NBI (necesidades básicas insatisfechas)





Salgo. No tengo miedo.


Salgo. Son los once de la noche y la calle se durmió.


Todo está tan peligroso que dejo mi celular sobre la mesita blanca. Necesito pensar.


No te rías ¿eh?


Hace años que no hago más el balance clásico de excel pero me vi los ojos y no son los mismos.


Creí que los alfileres del invierno habían cicatrizado pero no. Mi cuaderno de notas se ahogó con las tormentas de agosto. Glu-glu-glu... es la última frase.




(Te lo dejo también, en la misma mesita)




¿Te acordás de la persiana de calle 9? Ilusión de brillo y luz del otro lado. Girar. Buscar. Intentar.


Vuelta de campana una vez más.




¿Te acordás de las otras persianas?


Esas que mostraban cientos de mundos extraños. Lejanos. Muy lejanos. Carteles de clausurado salvo los lugares que se animaron a suspender reglas de espacio-tiempo.






Sé lo que pensás...




“estabas mucho peor: te dolía la muela y te habían cortado por la mitad”


(vos, robando frases ajenas, como siempre)




Esta noche no quiero que me lo digas. No voy a dejar que me lo digas, por eso salgo.




Y no sé si vuelvo mañana.




Y no sé si vuelvo. Total, hice y deshice tantas veces las bolsas con ropa y con libros.






Eso sí. Te dejo todo lo que no conseguí para que lo intentes vos.






Salgo.




Un beso.




YO