Decorados







Todos los decorados montados
telgopor  y alfileres
y colores  pastel
mi mundo aún respira.

Afuera crecen
los tilos
los sapos
los “Como si nada pasara”
y está bien. Es justo
las tragicomedias
son a medida.

Montaje
en  este sueño
(arrugado
recurrente)
de lágrimas oblicuas
sobre bolsos
mesas
libros
apretarse  los párpados
hasta el blanco globular

ilusión de un descanso
para el presente
un viaje astral (al menos)
hasta  esa roca
en ese acantilado

Las palabras se diluyen en signos
     ¥                √
∞          ~            ¢                     §
Ÿ                        ¾
β
al ritmo de un electro
(cardiógrafo)

Despertarse con un mañana
De patas cortas
Y más telgopor.
Se aprende
Sí.
Día a día
los deseos se alivianan
para no entorpecer  el conteo
y la mochila
ya no distingue estaciones

Alfileres
también
en el último cartel
colgado junto a la entrada:
cuidado con vos misma.

Ultimas horas del 2010.


®Julieta Villarroel.

Lo que queda




Somos historia
Cuando intoxicamos
ese cuerpo ajeno.

 Estamos completos
Sólo al desmembrarlo

Luna de diciembre escapando de la chimenea vecina. 

¿Y yo?

Último gesto



Al borde del acantilado:
-Por favor, madame…

Y, siempre tan cortés, me cedió el paso.

La mariposa de Heráclito





ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε.        

En el mismo  río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos. Heráclito



Diciembre.

Todo está igual. Y no.

La ciudad huele a tilos, como cada primavera.

A la venta, en cada esquina, ramitos de jazmines.

Cae el sol a un costado de la ruta.

La luna es  nueva.

El mendigo sobrevivió a la última helada (¡tantas últimas!)

Replay-replay-replay  de melodía en celular gastado.

Entre adoquines, una mariposa.

Todo está igual. Y no.  



“Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma